Cuando empezamos, éramos unas 40 personas trabajando en la empresa y no encontrábamos una solución que pudiera adaptarse a nuestras necesidades. Para una compañía como nosotros, con un modelo de trabajo muy flexible, extrapolar esa flexibilidad a la compensación es un básico que necesitábamos implementar.
La historia de ABG Intellectual Property podría contarse a través de sus políticas de flexibilidad laboral. Especializada en servicios legales de propiedad intelectual e industrial, la firma construyó su cultura organizacional sobre un principio pocas veces presente en el sector jurídico: adaptar el trabajo a las personas y no al revés. Lo hacen porque tiene sentido. Y hasta hace poco, eso no se reflejaba del todo en la parte retributiva.
Cuando David Cortés —socio y responsable del departamento de Personas— empezó a plantearse cómo mejorar la propuesta de compensación de la firma, se encontró con un escollo: “El principal problema a la hora de implementar un plan de retribución flexible fue no poder diseñar una oferta de valor acorde a las necesidades de los empleados. Cuando empezamos, éramos unas 40 personas trabajando en la empresa, por lo que encontrar un modelo que pudiera adaptarse a tal número era complicado”.
Hasta entonces, el modelo era mucho más rudimentario, con todo lo que conllevaba para la parte administrativa. “Veníamos de un sistema más tradicional, que suponía una carga importante a la hora de gestionar las nóminas. La gestión digital de todo el plan nos ha hecho ganar horas, al poder volcar grandes cantidades de datos en cuestión de minutos”, explica David.
La solución que encontraron en Coverflex les permitió incorporar la retribución flexible con la misma lógica con la que gestionan el resto de su compañía. Flexibilidad, y, sobre todo, capacidad de adaptación a lo que sus empleados necesitan. Ahora bien, ¿qué opiniones sobre Coverflex les merece nuestra solución? Esta es la historia de éxito de un despacho legal líder en Europa.
Desde que implementaron Coverflex, el equipo de Personas tiene acceso en remoto a toda la información: consumos, reportes de nómina, configuración de beneficios, historial de actividad y un largo etcétera. Pueden gestionar altas y bajas, tanto masivas como individuales, controlar el estado de los gastos y dar solución a cualquier incidencia sin tener que lidiar con intermediarios.
La presencia de Coverflex AI también les permite acceder a datos sobre uso de beneficios, tendencias de consumo y patrones por perfiles, además de automatizar gran parte de las tareas administrativas que antes llevaban más tiempo del necesario, como repartir presupuestos entre empleados, gestionar nuevas incorporaciones o actualizar los beneficios disponibles.
Esta flexibilidad también afecta en cómo el equipo percibe el compromiso de la compañía con su bienestar. “Optimiza mucho los tiempos a la hora de gestionar los beneficios de la retribución flexible y mejora la percepción que tienen los empleados sobre la empresa”, afirma David.
Las opiniones de Coverflex que el equipo tiene sobre la herramienta es tan importante como la de los responsables de su gestión. Desde el otro lado, quienes más notan el cambio son los empleados. Carmen, Paralegal de Patentes, valora la simplicidad del sistema: “La aplicación es muy sencilla de usar. Normalmente, utilizo los beneficios para comer fuera con amigos a través de la tarjeta restaurante o pedir a domicilio, además de para desplazarme al trabajo mediante la Tarjeta de Transporte de Madrid”.
Para ella —y para muchas personas en la plantilla— el valor de este tipo de beneficios no es abstracto. “Me parece una buena forma de hacernos sentir valorados porque el valor de nuestro salario aumenta. Es una manera de aprovechar tu sueldo con exenciones fiscales para el uso de bienes o servicios que ya usas en tu día a día”, comenta.
Esa última frase resume bastante bien uno de los principios de Coverflex: que la retribución flexible no sea un concepto lejano ni algo que haya que explicar demasiado. Que se entienda sola, que encaje en la rutina de quien la recibe, que funcione sin fricciones.
En el equipo financiero también han notado el cambio. Beatriz Ibáñez, que lleva más de dos décadas en la empresa y coordina el departamento, explica cómo influye esto a nivel fiscal: “A nivel fiscal, los beneficios están exentos de IRPF, por lo que la base por la que estamos tributando disminuye. Al final, el disponible neto es mayor que si tributamos por el total”.
La lógica, en su opinión, es clara: “No deja de ser un coste para la empresa, por lo que, de forma indirecta, nos están proporcionando una retribución mayor. Es un método para ahorrar fiscalmente sin ninguna implicación por parte del trabajador.” Cuando le preguntamos por una palabra para definir lo que Coverflex les aporta en el día a día, no duda: “Si tuviera que definir en una palabra Coverflex, sería comodidad”.
En ABG, el paso a Coverflex ha servido para alinear lo que se hace con lo que se quiere transmitir: que las personas están en el centro. Y que compensar no es solo pagar, es hacerlo de una forma más inteligente.
Este caso es uno de tantos ejemplos de retribución flexible bien aplicada: ahorro fiscal, reducción de tareas administrativas y una mejora clara en la experiencia del empleado. Como suele pasar cuando algo funciona, lo más difícil no fue ponerlo en marcha, sino dar con una solución que realmente encajara y tuviera sentido para todos.